domingo, 30 de noviembre de 2008

Lectura 7º básico

Lectura 7º básico

Hablar sobre relatos que narran hechos insólitos es hablar sobre literatura fantástica; un tipo de relato fantástico son las leyendas. Te invito a conocerlas a través de un personaje típico de nuestro pueblo: un rotito chileno, muy hábil, astuto y capaz de engañar a cualquiera.

El roto que engañó al diablo


El Diablo estan diablo, que hasta los más diablazos le temen a sus diabluras.

Es que nadie se atreve con el Diablo -al menos eso pensaba él -hasta que cierta vez, hace mucho, muchísimo tiempo, se encontró con un rotito chileno.

Bartolo era un huaso joven, al que todo le salía mal ese año: en otoño se helaron sus chacras y en invierno se inundó el sembrado. De puro flaca se murió su vaca. Así que Bartolo tiró el yugo, el arado, la rastra, el rastrón, y partió en busca de mejor suerte.

Tenía unos tíos en la costa, pero ¿cómo se haría pescador si ni siquiera conocía el mar? ser minero debe ser más fácil, pensó Bartolo, encaminándose a los lavaderos, donde decían que las pepitas de oro se hallaban como chicharrones en un plato de porotos.Pero no encontró oro.

Volviendo triste a casa, pensó si el oro brillaba como escamas de peces en la red, o las pepitas serían como granos de trigo en la era.

Oscureció en el bosque. Tuvo miedo. Pero más miedo tenía de volver a su tierra sin un cobre, porque pronto sería el 18, y él quería bailarse unas buenas cuecas con la Peta, la niña más linda y hacendosa de la comarca.

Entonces recordó que su abuelo le había contado de qué manera se había hecho rico un patrón suyo.

-¡Más que hago pacto con el Diablo!

-exclamó Bartolo, y los pelos se le pararon de susto.

Sacando fuerzas de flaqueza, tomó aliento y llamó tres veces al Patas de Hilo. Un relámpago abrió de par en par la puertas del cielo y por la tierra rodaron todos los ruidos del bosque. Entonces lo vio: de pera y bigote y rabo; de chispas por los ojos y una risa del demonio, lo vio.

Allí se estuvieron Bartolo y el Diablo, hablando de negocios: de venderle su alma al Diablo ¿no tenía más que vender el huaso Bartolo! Cien mil pesos le pidió por su alma, pensando que si volvía en esa fecha, la Peta no daría un centavo por él.

Le pareció buen precio al Diablo. Se los dio.

-Pero hay que firmar un pacto -dijo el Diablo -¿Cuándo querís que te lleve?

-Hoy mismo -respondió Bartolo, haciéndose el de las chacras.

Se extrañó mucho el demonio, pues todos le pedían años y años para gozar la vida. Por fin acordaron que vendría a buscarlo mañana. El Malo le pinchó el dedo del corazón al huaso, y con su misma sangre escribió: Bartolo Lara, no te llevaré hoy, pero te llevo mañana.

En cuanto el rotito firmó el pacto, el Diablo lo guardó y desapareció, en una explosión de fuego, humo y olor de azufre.

No hay para qué decir cómo llegó al campo Bartolo, en caballo chileno, montura corralera, espuelas de plata y poncho multicolor. Un mozo arreaba un novillo para el asado, y otro venía en carreta con una tremenda pipa y un baúl de regalo para Peta.

Se les hizo corto el día para la fiesta, pero apenas anocheció, Bartolo montó a caballo y partió a su cita. El Diablo lo saludó con su risa endemoniada.

-Muy bien -le dijo, harti gozaste, ahora te llevo al Infierno.

-¿Cómo que te llevo? -dijo irónico, Bartolo. tan diablo que es y no sabe leer...De mala gana el Diablo sacó el pacto y leyó: Bartolo Lara, no te llevaré hoy, pero te llevo mañana.

-Es verdad -dijo, la cosa es mañana.

-Así es -asintió Bartolo, pero déjeme otros cien mil por el viaje y la puntualidá. El malulo se los dio.

-¡Mañana te espero! -dijo al pasárselos.

-Mañana volveré -aseguró el huaso. Y dicen que el Diablo volvió ese día y al otro y al siguiente, pero siempre Bartolo lo hacía leer el pacto: Bartolo Lara, no te llevaré hoy, pero te llevo mañana.

-¡Me hiciste leso! le gritó un día, ya cansado, el Diablo, y las chispas de sus ojos encendieron el azufre, que es el alimento preferido del demonio, y estalló. Ardió como los fuegos artificiales que Bartolo encendió en la ramada, ese dieciocho, bailando con la Peta.

Los nietos de sus nietos cuentan ahora que Bartolo no trató más con el malo. Hizo pacto con la tierra, y ella le dio siempre rocío de plata y espigas de oro, que son la fortuna de los campesinos.

Pero cuando a media noche aúllan lastimeramente los perros, los ancianos aseguran que es el Diablo, que todavía ronda la casa del roto pillo que lo engañó.

Comentemos la lectura
1.- Sintetiza los siguientes elementos del relato: acontecimientos principales, descripciones de personajes y descripción de ambientes.
2.-¿crees que en la realidad se pueden dar situaciones como las relatadas?
3.- ¿Habrá mucho de imaginación en este relato?

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